Parece que el distanciamiento del príncipe Enrique con la familia real británica sigue sumando capítulos. De acuerdo con información del diario británico The Mail on Sunday, el hijo menor del rey Carlos III contempló seriamente la posibilidad de dejar atrás el apellido Mountbatten-Windsor para adoptar el de su madre, la recordada princesa Diana: Spencer.
Durante una reciente y poco común visita a Reino Unido, el duque de Sussex habría abordado el tema directamente con su tío Charles Spencer, hermano de Lady Di. Según el medio, la conversación entre ambos fue amistosa, pero el conde le desaconsejó dar ese paso debido a los “obstáculos legales insuperables” que implicaría.
El apellido Mountbatten-Windsor es el que se asignó a los descendientes de la reina Isabel II y el príncipe Felipe. Es una combinación entre Windsor, nombre oficial de la familia real británica, y Mountbatten, el apellido que adoptó el príncipe Felipe al convertirse en ciudadano británico tras renunciar a sus títulos extranjeros.
Para Carlos III, ver a su hijo renunciar a ese apellido sería un golpe simbólico fuerte, ya que, según fuentes cercanas, el actual monarca valora mucho ese linaje, heredado de su padre.
Pero más allá de lo simbólico, el cambio de apellido también tendría un efecto directo sobre los hijos de Enrique y Meghan: Archie, de seis años, y Lilibet, de cuatro. Ambos aparecen legalmente como Mountbatten-Windsor en sus certificados de nacimiento, aunque recientemente comenzaron a ser presentados como «príncipe y princesa de Sussex» en el sitio web oficial de la monarquía británica.
Este deseo de cambio también pone sobre la mesa una vez más el papel de Meghan Markle en las decisiones familiares. Según el escritor Tom Bower, especializado en la realeza, es probable que ella haya sido quien impulsó esta idea. En su opinión, Meghan ha asumido un rol similar al de Diana, y ha intentado construir su identidad sobre ese legado.
De hecho, en uno de los episodios del programa de estilo de vida Con amor, Meghan, producido por Netflix, la exactriz expresa lo significativo que ha sido para ella adoptar el apellido Sussex. “Es nuestro pequeño apellido”, dijo con orgullo al corregir a su amiga Mindy Kaling, quien aún la llamaba Markle.
Aunque la idea del cambio de apellido parece estar descartada por ahora, el solo hecho de considerarla revela la fractura que persiste entre Enrique y el resto de la familia real. Y más allá de lo legal, el asunto deja claro que los Windsor no han cerrado del todo sus conflictos internos.